23.4.06
Nido
La Gobi y la Ursa andan por la casa, corriendo de un lado al otro, reconociendo a la familia por las piernas y la voz. Suelen dormir, a pierna suelta, a la puerta de los dormitorios o en el descanso de la entrada del jardín. Le ladran a los amigos hasta que uno les diga que no lo hagan más. Vienen a quitarte el estres regalando (o reclamando) un cariño, panza pa' arriba, cada que pueden.
Ellas no dan muchos problemas, salvo alguna bronca eventual, producto de un perro callejero que pase por la fachada; la clásica querella por un hueso impar; o una excavación de patio pro fortificación de arquitectura canina. En su condición de Chow-Chows, melenudas y de lenguas moradas, dos veces al año, realizan su muda de pelo, que termina siendo un pequeño martirio personal, pues quien tiene que barrer y recoger las motas de pelos, soy yo. Tareas dométicas.
Sin embargo, lo que mi madre diría que va a la basura, es preciado tesoro para otros. Los he descubierto hace poco en el patio. Luego de robar agua del abrevadero de los canes, recogen compulsivos las motas, mechones y pelo suelto de entre el jardín. Recolectores alados que afincan en copas de árboles, contruyen hogares de pequeñas ramas, hogares a los que ponen finos acabados de blanda textura, blandos como el pelo de mascota. La naturaleza se recicla. A veces, me sorprendo de su sabiduría que no escapa ni a la muda de un perro, ni al nido de un gorrión. Me sorprende.
|| por Antolín Prieto, 23.4.06
si no fuera por lo que escribes, jamas me hubiera dado cuenta ke se puede hacer un nido con pelo de perro.
ke suave debe ser...
me gustò!
(ahora deja de mandarme el link)