16.1.06
Jaque de caballo a enroque
Hay cosas de las que prefiero no enterarme, pero que hay que afrontar. Es un hecho de que se vive mejor entre mil dudas que con una certeza. Quiero una enorme gama de grises; no, el negro absoluto del abismo o la blancura nivea que embelesa y mata. Suena a tristeza, a cobardía y a mediocridad, pero entre la niebla se vive tranquilo. Al menos dejenme descansar ahí hoy.
Digamos, por ejemplo, afrontar la certeza de la muerte - que llega irremediable en algun momento - es peor que la duda de la vida después de la vida, porque reconozcamoslo, la duda abriga esperanza y la esperanza deja espacio a la vida. Por eso funcionan las religiones, por eso funciona la ciencia. La fe es una duda, la ciencia es una duda, por eso son soportables.
¿De dónde aparecen estos espectrales dogmas, estas "ciencias ciertas" que no reconcilian el sueño? La certeza del bien, la certeza del mal. Revelación de Dios o por autoridad. La certeza del amor y del desamor. La honestidad de la palabra disparada. Blanco-Negro, prefiero el mundo tecnicolor. Veo en el fondo que hay una brutalidad en todo esto: la obligación de actuar, jaque de caballo para un enroque. Cuando no hay dudas, es la inminencia, la obligación de la acción.
Hoy sólo pediría una duda para bajo la almohada, pero hay días que ni eso tenemos.
|| por Antolín Prieto, 16.1.06