Banca de Parque   Una Banca 
  de Parque

pise el grass, haga picnic, sea libre

27.9.05

El Torito

Gómez es un ex boxeador conocido antes como “El Torito”, se ha convertido en taxista por distintas circunstancias; se queja con sus pasajeros sobre la ciudad y su violencia, su trabajo y sus sueños rotos. Sin embargo, busca la manera de ayudar a la gente que se cruza en su camino.

|| por Antolín Prieto, 27.9.05 || link || (9) cháchara(s) |

26.9.05

La violencia de la comunicación

Fight!
"Por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza igual pero de sentido opuesto sobre el cuerpo que la produjo." - 3ra Ley de Newton

"El Medio es el Mensaje" - Marshall McLuhan

Que es un mensaje sino una fuerza que busca modificar nuestro comportamiento, un vector que busca la reacción del señor "objeto" para que haga de tal o cual forma, o simplemente responda de una tercera, como un tiro de carambola en el billar. Sí, toda comunicación es una violencia. Te golpeo, mientras lees estas líneas y tú ni sabes.

Como dos bólidos que chocan frontalmente, como la caricia de una madre a su bebé, me gusta pensar que hoy los blogs son como esos juegos inocuos donde uno propone una palabra y el segundo le modifica una letra y el siguiente otra hasta que es una palabra nueva, y son solo palabras por más que las articulemos en más de un fonema, porque al final ¿las palabras no son ideas? Vale! Juguemos esta violencia sin golpes.
|| por Antolín Prieto, 26.9.05 || link || (2) cháchara(s) |

14.9.05

El secreto encanto de perder

* L * O * S * E * R *

La derrota, generalmente, no se puede tolerar, viene con ese saborcito amargo, que si no hace escupir, por lo menos, para decirlo llanamente, jode. Sin embargo, esa misma mixtura de pérdida, amargura y fracaso tiene algo de gloria y de trascendencia. Aquí una breve elucubración dedicada a todos los que de una u otra forma no la hicieron.

Toda la vida nos han dicho que no debemos perder, que la sociedad es de los ganadores (cuando en realidad hay espacio para todos en el mundo - incluidos los perdedores), nos han hecho pensar que la carrera de ratas es de verdad, que los yuppies y la gente bien se irá al cielo. Y debe ser así, por eso es que para muchos la derrota y el rótulo de perdedor se les hace inaceptable. Por eso, entre otras pocas razones, se matan los adolescentes que rompen con sus novias o los que no ingresan a la Universidad. De estos últimos se matan los que se quedan en la línea, porque más perdedor es el segundo puesto que el último. Y es curioso porque prefieren inflingirse una derrota final y definitiva, a cargar con una pequeña, con el suicidio redimen todo fracaso, al convertir la muerte en escape y victoria secreta.

Es porque las derrotas parecen pequeñas muertes, pequeños simulacros de suicidio infundidos por la sociedad, simulacros que de plano rechazamos, pues como siempre, la muerte será inaceptable. Quizá por nuestra concepción y nuestro sentido de que la vida se recorre sobre un sólo nivel, idea muy occidental y mezquina, si tenemos que calificarla.

La concepción de muerte como pérdida y derrota se la debemos a la religión Católica (porque Cristo venció a la muerte) y a Descartes, que con su método nos dijo que al dejar de existir, a la mierda todo, se acaba el universo, si bien puso a Dios de salvaguardia, igual se acababa el mundo, asi que ni modo. Entonces todos perderemos al final. Oh shit!

Pero es ahí, donde está el secreto encanto de perder, en la posibilidad de explorar la muerte sin morir, en esa posibilidad de prepararse para aceptar que al final, todos sin excepción, perderemos nuestra última batalla al dejar de respirar. Sí, tú también pequeño yuppie!
|| por Antolín Prieto, 14.9.05 || link || (4) cháchara(s) |

3.9.05

¿Que pensaría Mozart?

MozartHace dos semanas, fui a un conversatorio de blogs, que terminaba con la participación de un grupo electrónico en escena: Theremyn_4. Sonidos ambivalentes mezclándose creando ambientes sonoros que son reforzados por imágenes generadas por computadora, imágenes sampleadas, como los ruídos que se nos antojan música, por la cadencia, por el ritmo, por la entonación de las sirenas, sirenas sin colas y sin escamas, sirenas electrónicas, 1's y 0's programadas en secuencias, ordenados, codificados, inmateriales, inasibles, como las ondas hertzianas que llegan a nuestros oídos. Música sin instrumentos.

Y una pregunta que me asalta en el aire. ¿Qué pensaría Mozart? ¿Beethoven? ¿Chopin? Se dejarían hipnotizar por los decíbeles y los amplificadores o harían música de cámara. ¿Preferirían un midi a un címbalo? Podrían reordenar la música a base de samples, no lo sé. ¿Les seduciría el sonido de la tetera hirviendo, la lata de leche cayendo al suelo, la máquina de escribir o el claxón de un taxista para crear una nueva oda? O es que la globalización, la degradación genética, la radiación ultravioleta y la decadencia humana en general, hace que pasemos la bulla, como música.

La verdad, no me importa mucho, yo disfruté mucho el concierto de ese día y el del día siguiente. No me importa mientras pueda disfrutar lo electrónico y lo clásico, si quiero y por igual.

Theremyn 4 en acción
|| por Antolín Prieto, 3.9.05 || link || (4) cháchara(s) |

2.9.05

Fiat Lux


Fiat lux

Y se hizo la luz.

Un haz de luz, un haz que se proyectaba infinitamente sobre la oscuridad. Sí, un rayo. Lo vimos inmaculado y hermoso.

Colocamos delante suyo imaginaciones, trasparentes pedazos de realidad o de irrealidad se intersectaban con el haz, era la añoranza del fuego, revoloteaba el cambio en el aire, la luz mutaba con formas lentas o violentas, a ritmos monotonos, asincronos, danzantes.

Sin darnos cuenta, el haz ya no se iba hasta el infinito, no es escapaba sino más bien, se quedaba con nosotros y nuestros ojos no se iban de él. Era el extasis, la catarsis.

Entonces, empezamos a formar palabras, palabras de luz. El haz comenzó a hablarnos, sin sonidos primero, sin colores. Luego aprendió a danzar con nosotros y entendimos su voz, su voz que era nuestra voz. Y nos mostró sus colores, que eran nuestros colores. Y nos contaba secretos, leyendas, las cosas que habiamos olvidado y las que nunca descubriremos; nos contaba horrores, nos contaba ensueños, nos contaba nuestras vidas, las anteriores, las actuales, las que están por venir.

En un momento, sentimos que no estabamos solos, que todos los hombres estaban viendo en esa oscuridad, en ese gran vientre de madre que es la negrura total mientras nos hablaba la luz, y la luz era la voz de los maestros, la voz de los brujos, la voz de los Dioses, la voz de los Hitchcock, de los Welles, de los Kurosawa, de los Chaplin, de los Einsenstein, de los Saura, de los Godard, de los Buñuel, de los Eastwood, de los Tarkovsky, de los Ford, de todos esos héroes que aprendieron a bregar con la luz...

Así, señores, es como nació el cine.
|| por Antolín Prieto, 2.9.05 || link || (0) cháchara(s) |